Gestionamos los momentos difíciles y de tensión en el grupo, aquellos en los que puede aflorar cierta agresividad o violencia, en los que puedan surgir bloqueos para los que no se vislumbra ninguna salida inmediata.
Ayudamos a las partes a ser conscientes de lo que se está moviendo en su interior y del impacto que están generando en su entorno.
Todo aquello que se interpone en el camino del grupo en forma de conflicto, obstáculo, momento de crisis, etc. es un reto colectivo y una parte intrínseca clave en su proceso de consciencia, crecimiento y evolución.
Al final, un espacio de tensión es un espacio que acumula energía. Cuando la facilitamos, podemos ayudar a desviarla (canalizarla) para construir algo juntos.